los días hábiles
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Los días hábiles

intento construir una casa donde quepa mi abuela
mantengo el orden según sus enseñanzas
lo cocino todo con aceite de oliva
y desconfio de los que tienen dinero
la imagino sentada a esta mesa
en la que nadie nos comprende
lamenta al mirar por la ventana
la lluvia fatal para una cosecha que no existe
he colocado una estampa de su virgen en mi escritorio
he pedido a una gran empresa tecnológica
permiso para rezar el Angelus cada mañana
desde este tiempo sin memoria
imagino una sesión de espiritismo con ella:
tras de sí las tierras que sembró para nosotros
frente a mí la ciudad que no contruyó nadie
sentada en su sillón mi abuela observa
cómo el vaso estalla entre mis manos


(Carlos Catena Cozár, Los días hábiles)

Hay poemas que son como una conversación sin hablar; son el mismo deseo de palabra incluso antes de la palabra misma y aún así consiguen igualmente decirlo todo. Poemas que parecen surgir por sí mismos, desde un discurso débil y ondulante, que avanza en espiral y vuelve a sí mismo, cada vez cambiando de forma. El ritmo es un vehículo, una textura sutil con la que el lector se mantiene solo, acunándolo con tonos crepusculares en un mundo cercano y familiar.

Quizás, al final, la poesía es una conversación imposible, una conversación con aquellos que no pueden hablar. A veces, incluso con los muertos. Un andar a tientas hasta que la urgencia, el deseo, causa una brecha hacia adelante, y ese mundo, ese recuerdo, se convierte en un hoy, un aquí, un ahora.

El titubeo suave y flexible de la palabra es el mismo tiempo que avanza hasta el momento presente, hasta este diálogo, incluso durante unos minutos. E incluso si está oscuro afuera y ese mundo familiar ahora está perdido, no importa: la poesía es tiempo quitado del tiempo. En esta burbuja de unos momentos, eliminada del dominio de la oscuridad, finalmente podemos decir la verdad.

La de Carlos Catena Cózar es una escritura evertida, en la que los juegos, las repeticiones, y todo el equipamiento técnico del poema se exponen a los ojos del lector, sin disimulo; en esto es muy contemporáneo, cercano a la poesía oral, a veces a un poema solo escrito, y toda la obra está allí, en el medio, participa en estas dos tensiones sin encontrar una disolución, porque el tema de su discurso es múltiple.

La desilusión del poeta hacen que el progreso de su trabajo sea contradictorio y se desmorone. Para un poema en el que la realidad aparece ante él como un monolito coherente, en el que buscar el detalle que salta, Catena Cózar contrasta un mundo en el que las cosas se muestran con la apariencia astuta y absurda de un reloj roto. Un mundo coherente donde nos vemos reflejados en el poeta, capaces de soportar la mirada del otro e insinuar una sonrisa antes de abrazarnos en este espacio desprovisto de tiempo.

Los días hábiles (Ediciones Hiperión, 2019) es una obra destacable gracias al peculiar discurso sobre la familia, el tiempo y el trabajo; conversación que se despliega de una manera conmovedora, sencilla y al tiempo muy personal, dejando margen al lector para que se adentre y se refleje. Catena Cózar se aproxima mucho a la prosa en sus poemas, abordando la realidad sin demasiadas figuras retóricas, en una mirada y una actitud que marca la esencia del ser poeta.

Sin duda, un libro que merece la pena leer y observar. Pero no con la hubris del típico lector de poesía, sino con la despreocupada y consciente certeza de buscar en él la sangre poetica que nutre. Solamente así descrubriremos aquel enjambre de sentidos que explota en nuestra memoria: una historia que se devana, una historia que cuenta sobre Carlos Catena Cózar. Y sobre todos nosotros.


Carlos Catena Cózar (1995) nació en Torres de Albánchez y pasó su adolescencia en Jaén. Ha resultado ganador de premios como la IV Edición del Certamen Ucopoética (2015) o el Premio Málaga Crea de Poesía 2017. Ha aparecido en antologías como Donde veas (La Bella Varsovia, 2015), Después de veintitantos casi treinta (Ediciones en Huida, 2015) o Algo se ha movido (Esdrújula ediciones, 2017). Coordinó y tradujo Las bestias del corazón, una muestra de poesía joven alemana para el blog La Tribu (2015). Los días hábiles es su primer libro publicado y con él ha ganado el premio de Poesía Hiperión 2019.

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